Esta iniciativa que apoya la labor de los artesanos se enmarca dentro de los generosos proyectos que el financiero y filántropo norteamericano, Richard H. Driehaus, lleva a cabo en nuestro país. El objetivo de estos galardones es estimular el reconocimiento a estos maestros y el interés por dar continuidad estos oficios y por promover la excelencia en ellos, destacando sus manifestaciones más bellas y de más cuidada ejecución.
El jurado está compuesto por un grupo de profesionales de varias nacionalidades de reconocido prestigio en el campo de la defensa de la arquitectura tradicional. En él estuvieron representadas las distintas instituciones que colaboran en esta iniciativa. Estuvo presidido por Alejandro García Hermida y conformado por Álvaro Fernández-Villaverde y de Silva, Leopoldo Gil Cornet, Donald Gray, Rafael Manzano Martos, Javier Martín Ramiro, Anselmo Menéndez Menéndez, María Pía Timón Tiemblo y Harriet Wennberg.
La primera categoría incluye los trabajos de arcos y bóvedas, escaleras de bóveda, labra de piedra y otros trabajos de albañilería y cantería. El jurado determinó otorgar este premio a Lluc Mir, especialista en la construcción de los muros de piedra en seco típicos de Mallorca.
La segunda categoría engloba las armaduras y estructuras de madera, mobiliario, mocárabes, tornería, talla en madera, carpinterías de puertas y ventanas y otros trabajos de carpintería. El premio en esta segunda edición fue concedido al ecijano Miguel Ángel Balmaseda, que destaca en la realización de las más bellas puertas y ventanas y, en particular, de las puertas con orejeras propias de la tradición de Écija.
La tercera categoría agrupa la azulejería, mosaicos, yeserías, estucos, esgrafiados, pavimentos decorativos y otros acabados tradicionales. El premio en esta categoría fue otorgado a Luis Prieto, que se dedica a la elaboración de estucos y revestimientos artesanales además de a la realización de pinturas decorativas con pigmentos naturales.
La cuarta categoría abarca trabajos de forja, rejería, cerrajería, vidrieras emplomadas y otros trabajos tradicionales del metal y del vidrio. Fue la maestra vidriera Anna Santolaria, cuyo taller Can Pinyonaire se encuentra en Gerona, la seleccionada en esta ocasión.
Además, con el fin de contribuir a dar continuidad a la labor que desarrollan, el jurado selecciona a uno de los cuatro premiados en cada edición, dotándolo de un apoyo económico de 10,000€ adicionales para la formación de un aprendiz durante un período de un año. Por su parte, dicho aprendiz recibe también una ayuda económica de 8,000€ durante su etapa de formación. El jurado seleccionó para este fin entre los cuatro galardonados a Luis Prieto.