Fallece Donald Gray
Galardonado con el premio Rafael Manzano en 2015
El sábado 27 de abril nos dejó Donald Gray, gran maestro y amigo, a quien echaremos de menos y de quien teníamos aún mucho por aprender. Nos deja un maravilloso legado, no sólo construido, sino también a través de los grandes maestros en los diversos oficios de la construcción que se formaron junto a él. Ahora nos corresponde preservarlo y difundirlo de la mejor forma posible, de modo que podamos convertirlo en el conocido y reconocido modelo para todo arquitecto y futuro arquitecto que siempre debió haber sido. Los conjuntos urbanos más bellos que se han diseñado y edificado en las últimas décadas son su mejor epitafio.
Originario de Australia, llegó a España en 1959, enamorándose en unos años de sus lugares y de sus gentes. Desde entonces no dejó de pintar, medir, analizar y dibujar sus paisajes, sus pueblos, sus arquitecturas y hasta sus más pequeños detalles, convirtiéndose en el mayor experto en la arquitectura y el urbanismo más propios de Andalucía.
Quiso siempre aprender de los mejores maestros: los artesanos, y terminó formando a algunos de los mejores que aún ejercen un buen número de oficios, gracias a la Escuela de Oficios que fundara en Lebrija.
A partir de los años 60 comenzó a diseñar y construir los más bellos conjuntos urbanos que se han edificado en las últimas décadas. De su natural talento y fuertes principios surgieron lugares tan afamados, atractivos y demandados como Pueblo López, en Fuengirola, el Nuevo Pueblo de Mijas, o los conjuntos de La Virginia y de Las Lomas del Marbella Club.
Cuando el turismo de masas y las construcciones seriadas, ajenas y anodinas que trajo consigo arrasaron los parajes que le atrajeron hacia aquellas costas, se refugió en los aún bien preservados pueblos de La Alpujarra granadina. Velando por su conservación y sin dejar nunca de añadir bellos edificios en armonía con la tradición de estos apartados valles, Gray ha continuado trabajando de forma incansable hasta el último día. Allí se han sucedido sin interrupción obras como Ayuntamiento de Pitres, el Hotel Prado Toro y múltiples residencias particulares por toda la región.
Su inagotable curiosidad y su compromiso férreo con seguir descubriendo y enseñando la esencia de nuestra tierra han quedado inmortalizados en su extensa obra construida, que servirá siempre de inspiración a las futuras generaciones de arquitectos.